In spite of everything, I still believe that people are really good at heart
Ayer, me sucedieron dos episodios muy parecidos, que me han llevado a rememorar otros similares vividos en el pasado y que me reafirman en mi posición.-
Sucedieron ambos con apenas una hora de diferencia.- El primero de ellos ocurrió cuando, en una reunión de equipo, uno de los colaboradores empezó a elucubrar sobre los motivos que hubiera tenido un trabajador para faltar a trabajar enviando un simple guasap a su responsable que decía: no trabajo ni hoy ni mañana pues me voy al pueblo con mi madre.- El responsable estupefacto y no pudiendo contactar con el trabajador, remitió el incidente a RRHH.- Y es aquí donde viene la anécdota… El colaborador inició su análisis pensando en negativo…. ¿por qué? ¿qué nos lleva a generalizar pensando mal?- Mi recomendación al compañero fue…, que si no sabemos qué ha pasado y queremos aventurarnos en el mundo de las adivinanzas, lo hagamos pensando siempre en positivo, en que ese trabajador tendrá un motivo para su actitud, ¿y si habló con su jefe hace unos días y le indicó que disfrutaría de esos dos días? ¿y si ha sido muy escueto porque está preocupado pues debe ir con su madre al pueblo por alguna cuestión no agradable?-
Un ratito después, dialogando con una compañera de otro equipo, ésta descubrió que había olvidado la tarjeta de la máquina expendedora del comedor, en la misma máquina, cargada con dinero.- Al preguntar por ella a diferentes compañer@s de su alrededor, hubo quien indicó que ya no iba a recuperarla porque quien se la hubiera encontrado se la habría quedado.- No sé qué me hizo aventurarme a defender a quien pudiera haberse encontrado la tarjeta afirmando que eso no tenía por qué ser así, y que podía haberla dejado en recepción.- Pero acerté.- La tarjeta estaba en recepción.- Y sentí una satisfacción inmensa.- No por haber acertado, sino porque había defendido aquello en lo que creo…. Las personas.-
Y no es menos cierto que todavía hoy encuentro actitudes reprobables por ser poco honestas, quienes engañan, quienes esconden, las que aprovechan errores, las que se callan cuando tienen que hablar y las que hablan cuando deberían callar.- Pero quedarnos con esas actitudes, generalizar esas acciones, es un error enorme, porque esas personas no son la generalidad, son individualidades, incluso pueden ser acciones individuales en personas que no suelen actuar así y a las que no se puede juzgar por un único acto, aunque algunos actos digan mucho de una persona.-
Si cada uno de nosotros nos quedáramos sólo con las experiencias negativas, nunca avanzaríamos, nos ahogaríamos, nos paralizaríamos, nuestro corazón se llenaría de odio, de rencor, al final nos mimetizaríamos y el espejo nos devolvería otra imagen igual a aquella que estamos negando.-
Debo reconocer que cuando, como en mi caso, se apuesta por las personas, se cree en ellas, desde la realidad y no desde el idealismo, sabiendo que somos seres diferentes, diversos, imperfectos, son muchas más las gratificaciones, los buenos momentos, los buenos recuerdos.- Y tengo, como todos, recuerdos de experiencias con personas que podría denominar como desagradables, pero sólo me sirven para hacer más grandes los buenos recuerdos y para seguir “pensando bien” de las personas.-
“No todo aquél que me mira puede verme, ni todo el que cree conocerme sabe quién soy”
Leave a reply