Ayer leí una noticia que me ha indignado muchísimo y que no tengo por menos que compartir.- La noticia dice: “La utilización de la expresión “terrorismo empresarial” no vulnera el derecho al honor de la empresa” .Es una sentencia de la Audiencia Nacional(AN) la que viene a indicar que “la expresión “terrorismo empresarial” “se ha convertido en algo común en nuestra sociedad, al utilizarse de manera habitual para descalificar determinadas actuaciones empresariales por sindicatos e incluso partidos políticos, por lo que se ha devaluado socialmente su significado””.-
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cómo la palabra terrorismo ¡me da igual a qué esté vinculada! puede ser algo “habitual” y cómo puede utilizarse tan fríamente, tan desnaturalizadamente…?
La Real Academia de la Lengua Española define terrorismo como “sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”.- De verdad, podemos utilizar la misma palabra para referirnos a los sangrientos atentados de España o París, de Irán o de tantos y tantos países azotados por la violencia, y hacer un símil con la empresa. Nuestra lengua es tan amplia, tan extensa… ¿no podemos encontrar otro término?
La AN concluye “que no existe una vulneración del derecho al honor a pesar de que la expresión “terrorismo empresarial” “sea extremadamente dura”, ya que no se vierte contra directivos y personas concretas, sino contra la empresa.- Bien…. ¿y qué es la empresa sino un conjunto de personas con una misión, visión y valores?-
Estoy más que a favor de la libertad de expresión pero también lo estoy a favor del respeto y la educación.- Todos: empresarios, trabajadores, en definitiva personas, podemos expresarnos pero admitir que, según dice la AN: “la expresión “terrorismo empresarial” no indica la realización de actos de este calibre por parte de la empresa (actos terroristas), sino que viene relacionada con las posibles actuaciones de cesión ilegal y despido llevadas a cabo por la empresa y denunciadas por el sindicato”, es o quitarle importancia a la palabra terrorismo, con lo que deberemos inventar otra, o considerar que un despido que es un acto laboral reconocido en nuestra legislación, es lo mismo que poner una bomba en los bajos de un vehículo que, al estallar, provoque la amputación de las piernas del conductor.- Terrorismo es lo último y no lo primero.- Lo primero, los conflictos entre trabajadores y empresas, son lícitos, pero no podemos caer en justificar descalificaciones cambiando el verdadero contenido de las palabras y es que éstas mal utilizadas pueden hacer mucho daño.-
¿Daría la AN la misma respuesta si hubiese sido la empresa la que, ante un conflicto con los trabajadores hubiera elevado una pancarta que dijera “Terrorismo Social” ? Si Empresarial no son personas, Social tampoco ¿verdad?- Si.- Empresarial y Social son personas.- Personas condenadas a entenderse desde el dialogo y el respeto mutuos.-
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